En una conjunción poco frecuente, pero muy afortunada, ambientalistas, artistas, científicos y periodistas juntos, zarpamos de La Paz el jueves primero de marzo por la noche hacia un destino común: Cabo Pulmo.
La tripulación de 8 nacionalidades nos dividimos en dos embarcaciones: Piscis, velero de 50 pies de eslora; y el Lucía Celeste, ex camaronero reacondicionado para este viaje. Después de 15 horas de navegación llevados por los movimientos de las corrientes, acompañados de un profundo cielo estrellado y respirando oxígeno producido por el plancton, fuimos adentrándonos en las aguas de Cabo Pulmo donde fuimos recibidos por las ballenas jorobadas con sus prodigiosos saltos.
El viaje fue corto, pero suficiente para convivir en el Lucía Celeste con Jon Bogfiglio, líder de la expedición, Charles Engebretsen, escultor irlandés, Mia Habib, coreógrafa noruega, Manon Fourriere, investigadora marina. Cada quien desde su ciencia, cada quien desde su propia perspectiva buscando comprender y transmitir la esencia de nuestro paraiso marino.
Una vez en tierra salieron a conocer de lo que tanto habían escuchado, Cabo Pulmo se mostró ante ellos desde la superficie y desde las profundidades, a través del snorkel; a través de su arrecife y a través de su gente. The Clipperton Project, Amigos para la Conservación de Cabo Pulmo y Greenpeace dimos una plática-conferencia de prensa a gente local y a la prensa entre quienes se encontraban representantes de TV Azteca, la agencia AFP, Nat Geo Channel y The Wall Street Journal. Ese mismo día despedimos a los integrantes del proyecto Clipperton para que continuaran su travesía de mil 400 kilómetros hasta el atolón.
Nuevamente Cabo Pulmo captó el interés internacionalmente y ahora de sectores como el de los artistas y científicos del proyecto Clipperton. Esperamos que a nivel nacional las autoridades también le otorguen el interés debido y revoquen el proyecto de Cabo Cortés.
Alejandro Olivera, campaña de Océanos y costas
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